El semanario británico The Economist acaba de lanzar su edición electrónica para iPad. Y lo ha hecho ofreciendo un producto impecable, muy fácil de manejar y con un diseño que responde fielmente a la filosofía visual de la revista impresa: sobriedad tanto gráfica como tipográfica. No se encontrará el lector de The Economist para iPad con productos tan sensacionales como Wired o tan enriquecidos como Time. Lo que ofrecen los británicos es simplemente una versión digital de sus contenidos impresos.
Para acceder a la revista desde la aplicación hay que estar suscritos a la edición en papel (36 €, 12 números) o a la edición digital (30 €, un trimestre), aunque también permite la compra de número sueltos.
Expositor inicial de las ediciones disponibles para iPad.
Tras introducir los datos de suscripción, se despliega una vitrina con las ediciones disponibles para iPad que, de momento, son únicamente los tres últimos números. El usuario debe descargar cada ejemplar y, al abrirlo, nos encontramos con un índice de contenidos que da acceso a todos los contenidos del semanario. Una vez seleccionado el texto que queremos leer, navegamos como si de un iBook se tratara, pudiendo realizar una lectura horizontal y lineal de la revista. Para poder saltar a otros contenidos hay que volver al menú de entrada y desde ahí seleccionar la sección y la noticia que queremos leer.
Sin contenido enriquecido
Como ya ha quedado apuntado, con The Economist iPad nos encontramos ante un producto que es un mero volcado de la versión papel, con las mismas fotografías, ilustraciones y tablas. Su mayor fortaleza frente a la edición en papel es que es posible descargar los archivos de audio con todas las noticias leídas. Algo que no está nada mal para quienes tenemos que practicar nuestro inglés. Y sólo por este detalle bien merece la pena cancelar la suscripción en papel y activar otra a la edición digital: es más barata y, además, dispones puntualmente de cada número los viernes, olvidándote de los retrasos del cartero.
La mayor pega que encuentro en la edición iPad de The Economist es la ausencia de contenido enriquecido que aporte un plus a los lectores habituales de la edición en papel. ¿A qué puede deberse? Mi hipótesis es que ha tenido más peso el afán por ofrecer lo antes posible una versión para tableta que el deseo de elaborar un producto más pensado, más completo.
Y recursos no le falta a The Economist. Ya en su web ofrece numerosos vídeos con reportajes y entrevistas, así como especiales que muy bien podrían incorporarse a su versión para iPad. Quizá esto responda a una estrategia de proteger la identidad de la edición en papel, pero pensamos que incluirlos ayudaría, precisamente, a reforzarla. Cabe esperar que dentro de poco remedien este defecto.
Diseño sencillo y eficaz
Por lo que a la lectura se refiere, The Economist iPad es una delicia. Tipográficamente mantiene las mismas familias que viene empleando el semanario desde su rediseño en 2001, de la mano de Erik Spiekkerman. La retícula y los elementos ordenadores se adaptan a la pantalla de nueve pulgadas perfectamente.
En cuanto a la navegación, el índice de portada regula el tráfico de lectura. Para acceder a los contenidos de otras secciones hay que volver una y otra vez a él, aunque es posible ir a las noticias de cada sección tocando sobre el rótulo de cada sección, situado en la zona superior.
Por otro lado, la lectura es horizontal al igual que un libro digital.
El menú inicial de The Economist en posición vertical y horizontal.
Submenú desplegable que permite ir a otras noticas de la misma sección.
Como en otras publicaciones, es posible leer el semanario en posición horizontal o vertical, afectando muy poquito a la disposición de los elementos textuales o gráficos que muestra cada página. Además, el lector puede ajustar a su gusto el tamaño del cuerpo de texto pellizcando sobre éste.
Una misma noticia en posición vertical, horizontal y horizontal con el cuerpo de texto a mayor tamaño.
Un último apunte: la versión iPad de The Economist permite descargar las distintas ediciones que imprime (Reino Unido, Estados Unidos, Europa, Asia y Pacífico, África y Oriente Medio y América Latina) y acceder a los contenidos específicos que se ofrecen en ellas. Otro puntazo.
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